martes, enero 05, 2010

Viento en popa, a toda vela..

¡Cuantas cosas se pueden apreciar si estamos atentos a nuestro entorno!. Fíjense en lo sencillo que es un simple gimnasio... ¡Pues se asombrarían si supiesen todo lo que da de si a un observador atento!.

Pedaleaba inmisericorde hace muy poco, intentando acercarme a un acuario situado frente a mí y a poco más de un metro, sin conseguir avanzar micra alguna. Así que, olvidándome de los peces de colores, paseé mi mirada por la sala, donde, dicho sea de paso, no encuentro gran motivo de alegría en estos últimos tiempos.

Pero en un instante.., ¡todo cambió!. Un muchacho, de esos que desearían parecerse a "Conan el bárbaro", pero que no pasan de ser tres cuartos de gato callejero, apareció en escena.. Vestía una camiseta blanca, con publicidad de no se que, y un pantalón negro. El hombre estaba a lo suyo, pero debía haber puesto más cuidado en el vestuario...

Y es que, en la trasera del pantalón, en la mismísima mitad, entre sus piernas, allá abajo, cual si saliese de donde ustedes pueden imaginar, flameaba a cualquier viento, orgullosa y blanquísima, la enorme etiqueta de la prenda.

Y pocos atletas se pasearon tanto en tan poco tiempo como el susodicho. Enternecedor.