miércoles, marzo 04, 2009

El proxeneta

Hace no mucho charlábamos varios sesudos tertulianos sobre lo fino, divertido y elegante de la educación que recibimos. Recordábamos con embeleso, no el sabor de un beso, que si era de fembra garrida y fermosa solo producíase en nuestra imaginación, sino todo lo aprendido y que aún no se nos ha olvidado.
Así, dibujaba uno con la palabra a su maestro, que regla en mano se paseaba entre sus alumnos, vigilando que el recitado musical de los huesos del cuerpo humano fuese completo y a su ritmo. Otro, entonó aquella melodía de "Uno por uno, es uno; uno por dos, dos, ...", que acunaba deliciosamente la tabla de multiplicar.

¿Saben lo que se me ocurrió?. Si, lo peor; se nota que quien lo piense me lee de vez en cuando... De modo que vino a resultar que solté de sopetón: ¿Y vosotros, paisanos, cuando os estrenasteis? (o sea, por si alguno no lo capta: ¿cuando metisteis por primera vez vuestro USB en una torre impertérrita?).
Y el más sabio respondió.. "Fíjate como era la cosa por entonces, que en mi pueblo había un proxeneta, uno solo, que controlaba absolutamente a la única candidata. El problema era la pela, como siempre, y eso que cobraba barato.. ¡A peseta, eso, a peseta el metisaca!".

Los restantes tertulianos, serios y circunspectos, asentimos despacio con la cabeza, mientras hacíamos puñetas con los dedos y sorbíamos despacio the five o'clock tea. Mientras, nuestro sabio y prudente amigo se quedó pensativo.... Suspiró y dijo en voz baja: "Luna, se llamaba Luna. Lo malo era que tenías que levantarle el rabo a la puta cabra".

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