jueves, julio 17, 2008

Sin lolas no hay paraíso

Ante las críticas recibidas de Silvia y Curri, me armé de valor y acudí a la tercera cita con mi dentista, a lo macho, que uno, aquí donde no me ven, lo es y mucho. Pensé, en principio, ir en compañía de Manolo, pero como se que lo que le gusta es irse de marcha, decidí ir solo.
Esta vez ha sido todo muy extraño. Me recibió, vestida de blanco como una novia, la que se calificó como "directora de finanzas" de la consulta; inmediatamente, me largó un discurso sobre no se que individuo que visita a una bruja y a la mañana siguiente se despierta siendo toda una mujer; y poquito a poco descubre que sin lolas no hay paraíso. Sin solución de continuidad, manifestó que no tenía huevos, por lo que quería que yo hiciese una tortilla. Apreté la entrepierna, francamente desconcertado, pues comenzaba a creer que la tal era capaz de cocinarla a mi costa y más tarde, para justificarse, tranformarme mediante algún conjuro en "Lola la Piconera".
Añadió que aquello no era una casa de caridad y que el "negoci es el negoci", de modo que allí trabajaban a todas horas. Visto el cariz del asunto, mi valor estaba bajo mínimos, pues pensaba que me iba a despelotar en cualquier momento y, lo peor, es que quedaba claro que aquello me iba a costar un huevo.

Pero Curri y Silvia son muy importantes para mí, así que intentando por un lado rebajar la factura e impresionar por otro, dije con voz tonante: "Tranquila, que soy de Bilbao oyes; a mí, sin anestesia, pues". ¡Y se lo tomó al pie de la letra!.
Silvia, Curri .... ¡Lo que he pasado por vosotras!. Con deciros que al final y con la boca abierta, rígida, llena de tubos que colgaban por todos lados, balbuceando, ... tuve que reconocer la dura verdad y dije:
"E de mimo Bibao no oy; or oco, ero ací u oco ma allá. Ai que oneme aetesia, coño".

martes, julio 15, 2008

La mujer de rojo y el peluquero homosexuá

Ya me avisó mi amigo Oshidori...: Pues espera a verlas con gafas anaranjadas y armamento quirúrgico tipo Guerra de las Galaxias... "Allí será el llanto y el crujir de dientes (Mateo 8:12)", que viene muy al pelo, jeje. ¡Qué razón tiene El Chafardero!. Sabe de que habla.. Lo ha sufrido en sus carnes, vivas, tiernas y delicadas. Como las mías.

Resulta que lo del otro día fue, así como quien dice, un simple recorrido a vista de pájaro.. ¡Ay, pajáras!. Con esas caritas tan dulces, tan preciosas.. Sois tan atractivas como las sirenas de una odisea, la mía; la que he vivido hoy. ¡Y aún me queda otra y otra!.
Luego de recostarme panzarriba en un a modo de lecho basculante, que me produjo cierto grado de mareo que me dejó más tonto de lo habitual, oí un leve susurro tras mi cabeza y la contemplé en toda su belleza.. Vestía de rojo anaranjado, llameante, cual explosión solar. ¿Y eso?, pregunté con candor contemplando su traje pantalón. "Es por la sangre", me respondió; "así se nota menos cuando salpica".
Uno es hombre curtido en mil batallas, pero un escalofrío recorriome. ¿Volveré a probar el chocolate con churros?, pensé lleno de congoja. En estas, apareció otra miembra, guapa y resalá, pues parece ser que ellas siempre proceden en pareja, como mínimo. Supuse que debía de interpretar el papel simpático, pues vestía de blanco y caminaba con delicadeza, como una novia. Craso error el mío, ya que luego comprobé que era la encargada de los útiles de tortura.

Inclináronse ambas sobre mi y ... ¡Aún tiemblo al recordarlo!. Y pensar que hay insensatos cuya fantasía es esa, estar con dos.. Pero sigamos, que no quiero hacerles sufrir más de lo debido. Decía que, inclinadas, introdujeron en mi boquita de piñón tubos y otros chismes que hacían grandes ruidos. Incluso debieron soltar alguna serpiente por el suelo, pues constantemente se oía su siniestro silbido. Me agarré como pude a los brazos de mi litera y me dispuse a resistir el ataque inmisericorde de aquellas dos delicadas y dulces princesas -ya lo se, coño; pero recordad que me quedan dos sesiones. Y son capaces de cualquier cosa-.

Mientras una me pulía lo que nadie sabe y la otra metía un aspirador -que vaya usted a saber ..- hasta lo más profundo de mi garganta, ellas a lo suyo.. Y lo suyo en el día de hoy era Gunmer -diminutivo íntimo y cariñoso de Gunmersindo-, que es uno de los mejores amigos de la de blanco. Viene a resultar, según deduje, que el tal está estresadísimo, pues ha comenzado a trabajar en su peluquería una moza muy especial.
Y la susodicha le ha confesado que está loquita por su estética, la del Gunmer, que la trae a mal traer; a lo que este le ha aclarado que él es lo que es y que las titis ni fu ni fa, ni pa'lli ni pa'ca. Y ella, entonces, aún más como así, con pasión, le ha contestado que bien, que mejor, que ella es pansexuá..
Y el pobre Gunmer no sabe que hacer, pues buena chica es; y trabajadora, y responsable, y cumplidora, y simpática, y .. ¡Vamos que cualquiera la despide!. ¡Pero le estresa!. ¡Qué neerviosss!. Y él es muy sensible. Y sufre.
Así que como no puede vivir con tanta tensión, se ha plantado en casa de la de blanco. Y ahora la que está de los nervios es ella. Ella, la que está hundiendo en mi gaznate ..... ¡Aggghhhooozzzz..!.

jueves, julio 03, 2008

Dos mujeres

Una es alta, risueña, de suave y ondulada melena de color castaño. Aunque se oculta tras su acento, de suave deje, se que posee un carácter firme y gran voluntad. Su trato es agradabilísimo, a pesar de ser amante de los mininos.
La otra es de suave belleza, de ese tipo sereno de mirada profunda e inteligente, que cala hondo. Espera y escucha. Atiende. Mujer que no admite engaños ni chiquilicuatres.

Y hete aquí que estaba con ellas. Yo solo... ¿Recuerdan la entradilla de mi otro blog?; esa que mantiene que mi deseo es que una vez siquiera me mire una mujer.... Pues dos, me miraban dos. Y bien cerquita. ¡A mí!. ¡Qué emoción!.

Bien es verdad que su conversación no me permitía albergar muchas esperanzas. ".. Por la tarde, mejor. Al parque con los niños..". ".. Si claro; prefiero ir al gimnasio por la mañana..". Aunque soy corto de entendederas, me iba pareciendo que mucha atención, que se diga, no me prestaban.

Pero no, estaba equivocado. Todo cambió en un instante.. La graciosa pecosilla de melodiosa y encantadora voz, dijo a la de atractiva mirada inclinándose hacia mí: "¡Mira, mira..; aquí, tiene una fractura..!". Vi como sus caras se acercaban a la mía.. Me contemplaban..

¡Lo que no vi era el torno en la mano de una y el separador mandibular en las de la otra!. ¡Fieras, que son unas fieras!. Mi dentista y su ayudante. ¡Que llevo tres horas y no consigo decir Fanflona o fiedo aua..!. Ensañarse así con alguien tan tierno como yo ...

martes, julio 01, 2008

El gorro y el bañador

Como pueden leer en un artículo de mi otro blog, he estado en un spa. Y resulta que en sus piscinas los hombres tienen que usar gorro de baño, lo que por cierto me parece muy bien, ya que uno, que usa gafas de buceo -que aumentan algo la visión-, ve en el agua de todo....
Así que lo primero que hice fue comprarme un gorrito. "Le recomiendo este de lycra", me dijo la amable encargada de recepción. Y, obediente, adquirí uno maravilloso de intenso, refulgente, atractivo, .., color azul eléctrico. "Pareces Papá Pitufo", fue lo primero que me dijo mi santa cuando me vio. Mireme al espejo .. y rarito si me vi; un rato largo.

Al poco rato entró una familia. La madre, rápida y decidida, se lanzó sobre una tumbona y se puso a darse "el vuelta y vuelta". El padre, arrastrado por sus dos hijas, se dirigió hacia la piscina interior. ¡Y en ese momento se dio cuenta de que se había olvidado el bañador!.
Mientras se cambiaban las pequeñas, se dirigió al lugar donde yo había conseguido mi gorrito.. "¿Tienen ustedes bañadores?; es que he olvidado el mío". Ella, la recepcionista, exhibió una sonrisa deslumbrante.. "Solo nos queda este; es de su talla", respondió sin dar opción alguna mientras mostraba en alto a tutto il mondo uno de lycra, también, azul eléctrico ....

El hombre, algo rellenito, desapareció cariacontecido en los vestuarios, animado por los gritos de sus hijas, que querían estar ya en el agua .. Y salió luego ...; o más bien asomó la nariz y luego echó una carrera rapidísima hasta la piscina, en cuya zona más profunda se sumergió hasta desaparecer, cual monstruo del lago Ness.
Y es que la lycra se ajusta cual segunda piel y el azul eléctrico resaltaba escandalosamente sus formas ... O sea, que marcaba paquete que no veas; y culo y lorzas y cuanto podáis imaginar.
Cuando me fuí, seguía a remojo...