jueves, febrero 07, 2013

En estrados

Hay veces que un juicio compensa. Imagínense.. Se resolvía sobre un fulano que se había resistido a los agentes de la autoridad y les había desobedecido. Iniciada la vista sin su presencia y mientras S.Sª preguntaba donde estaba el acusado, se abre la puerta de la sala y entra el susodicho, diciendo en voz alta "si, si, están hablando de mi". A primera vista tiene un pedo de padre y muy señor mío.

Lo de sentarse en el banquillo resulta superior a su capacidad y tras intentarlo, resbala dulcemente hasta el suelo.... Tras acomodarle más o menos, S.Sª le pregunta por sus circunstancias personales: "¿Con quién vive usted?"; a lo que contesta: "Con el Espíritu Santo".

En esas, S.Sª requiere al forense para que reconozca al acusado y dictamine sobre su situación. Cuando el médico inicia el reconocimiento, el acusado le dice con media sonrisa: "Por ahí no vas bien conmigo. Yo no soy maricón". Tras informar el forense a S.Sª, esta se dirige al acusado: "Caballero, usted lleva un ciego del quince". Y ordena a los agentes de la autoridad que le desalojen de la sala; cuando estos se le acercan el acusado les dice con encanto: "Machooteeeees"; aunque a uno de ellos le comenta: "¡qué placa más graaaande!".

Cosas veredes

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