Paseo de las Damas, Zaragoza, sábado al mediodía. Dentro de poco abrirá un estanco y los obreros se afanan en terminar la obra que requiere el local. Uno de ellos se aleja sudoroso hacia un contenedor llevando a cuestas una gran pieza de madera. Cerca de la esquina llega a la altura de un hombre en camiseta y deportivas que está preparándose a montar en bici. Y dice ...
¡Joder, los ricos lo que quieren, hasta tienen bici!.