jueves, enero 18, 2007

¡Qué tendré que no tenga!

Me gusta G-mail. De los muchos correos que utilizo, el mejor. Y gestiona bien el "spam". Tengo dos cuentas, una que responde a un nombre de blogger y otra al mío personal.
Pues bien, esta última es bombardeada con incansable fe yanquee con mensajes publicitarios, de los que el 99% trata de pildoritas para que se me ponga tiesa -lo siento, pero es eso- con rapidez y buen servicio.
¡Y comienzo a estar harto!. Que está uno desplegando sus encantos virtuales -que de los reales mejor no hablar- y aparece un "nuevo mensaje": ¿Do you want Viagra, Cialis y la madre que les parió?. ¿Es qué tienen olfato?.
La gota que ha colmado el vaso, ha llegado hoy. Me ofrecen un motel en Arizona, en "casa cristo". P'a eso, p'a echar un kiki... Bien está que nos compremos vaqueros -copiados, por cierto, a nuestros pastores vascos emigrantes por mister Levi y mister Strauss-, que nos engrasemos con hamburguesas -si, un bitoque- y que cantemo en inglé..
Pero que para holgar como se debe tengamos "que hacer las américas".. ¡Exagerao!; ¿verdá usté?.

Y es que en Jaca, donde viví unos años, moraba una dama un tanto estrambótica en el vestir. Hace ya tiempo, en un baile, se le acercó un propio, que con esa elegancia natural que caracteriza al español medio le dijo:
"¡Moceta!, ¿mesmamente eres puta u es qui has hecho las américas?. Y con la misma naturalidad, nuestra dama le arremangó una hostia p'a que se le aclarasen las ideas...

domingo, enero 14, 2007

Los ¿Góticos?

Cerca de mi casa hay un garito negro de apariencia y oscuro en su entraña. Su decoración abunda en luces rojas y osamentas descarnadas.
Creo que quienes lo frecuentan se califican como góticos.Vestidos uniformemente con cueros y ropas de color negro, decoran su cutis con maquillajes oscuros, que no acierto a distinguir sí negros o morados.
Mal no dan y a mi me provocan más de una sonrisa. Como cuando la otra noche, al pasar ante su templo, vi y escuché a una joven gótica desesperada hablar por el teléfono móvil, que decía entre grandes aspavientos:
¡Calavera Siniestra; ya no me llamas!...¿Es qué no me quieres?.