Ayer, aprovechando que teníamos celebración familiar, nos fuimos a comer a un buen restaurante. Y cuando lo califico como bueno me refiero a su comida, no al incomprensible lenguaje de una carta de pequeñeces.
No se si alguien se ha enterado, pero desde hace unas pocas semanas nos hemos puesto a régimen. ¡Un horror!. Personalmente, parezco un sabueso, rastreando el aire callejero en busca de olor a tortilla de patatas. ¡Ay señor, señor!.
Comançons, que diría Tip. "Traiga una fuente de gambas rojas a la plancha; y otra de calamares fritos a la andaluza; y ..., y ....". El jefe de sala levantó la vista.. "Si me permiten, creo que es mucho". Le contesté bajito: "Es que estamos a régimen y hoy, por fin, podemos darnos una alegría".
El buen hombre, moreno, bajito y bigotudo, sonrió.. "¡Ya, pasó el Ramadán!, ¿verdad?.
No se si alguien se ha enterado, pero desde hace unas pocas semanas nos hemos puesto a régimen. ¡Un horror!. Personalmente, parezco un sabueso, rastreando el aire callejero en busca de olor a tortilla de patatas. ¡Ay señor, señor!.
Comançons, que diría Tip. "Traiga una fuente de gambas rojas a la plancha; y otra de calamares fritos a la andaluza; y ..., y ....". El jefe de sala levantó la vista.. "Si me permiten, creo que es mucho". Le contesté bajito: "Es que estamos a régimen y hoy, por fin, podemos darnos una alegría".
El buen hombre, moreno, bajito y bigotudo, sonrió.. "¡Ya, pasó el Ramadán!, ¿verdad?.