jueves, febrero 10, 2011

El funeral

Hoy he asistido al funeral del hermano de un amigo. Las ceremonias de la Iglesia Católica me dejan cada día más turulato. Reconozco que no es por su doctrina, sino por el nivel que muestran algunos sacerdotes cuando ejercen como tales.

El de hoy ha comenzado por no tener ni idea sobre quienes eran los familiares del muerto, de manera que creo que ha deducido que eran los que estaban en el primer banco según se entraba a la capilla; en consecuencia ha abrazado lacrimoso a los sobrinos y no ha dirigido ni una mirada a los hermanos, que estaban en el banco de al lado.

Luego ha cogido un folio, que le ha costado leer, cosa natural si eres de la quinta de Matusalén, hasta encontrar el nombre del fallecido. Y desde entonces, feliz por el hallazgo, no ha parado de citarle, pero como en el colegio, por su nombre completo: Pedro Fernando Augusto, Gutiérrez que le veo... Si llega a ser el funeral de un noble, que ya saben que tienen nombres y nombres, uno detrás de otro, aún estamos en misa.

Ha comenzado cantando, ayudado por un viejo magnetofón.. Tenía la voz cascadísima, lo que unido a que casi no se le oía y que era el único que se sabía la letra y música, ha generado momentos esperpénticos. Y le gustaba cantar al buen hombre, que no ha parado.

El sermón, memorable. Salvo que ha dicho "la difunta", refiriéndose al muerto, que ha resaltado impertérrito su "condición divina" y que siguiendo el esquema habitual hoy en día en la mayoría de los casos no ha dicho más que lugares comunes, normal.

A estas y dado el ritmo con que ha oficiado, se ha pasado de hora (en el Complejo, que así se conoce aquí a tan alegre lugar, cada media hora hay un funeral; los que terminan se levantan y salen por las puertas de la derecha, mientras que por las de la izquierda entran los siguientes). Ahí ha empezado el circo..; se abrían cada dos por tres las puertas de la izquierda y asomaba una cabeza que giraba cual antena radar intentando saber si aquello era de lo suyo.. Y preguntaban; y contestaban..

Y como había mucha gente en la capilla hacía un calor agosteño, a resultas del cual y mientras el cura seguía cantando, a una moza de esas de ahora, esmirriadica y peliteñida, le ha dado una lipotimia y como estaba de pie, se ha dado un h...... con rebote en el suelo y sonido catachof. Han acudido a socorrerla unos cuantos, el populacho ha prestado toda la atención al suceso y el cura se ha quedado sin saber que hacer y fuera de lugar.

En esas, han entrado los de la funeraria, han enganchado el ataúd rodante y se lo han llevado hacia sus dependencias para incinerarlo. Justo en el momento en que los siguientes, cansados de esperar, entraban en tromba por la puerta.. Y se han dado de morros con el ataúd. Y la pava, pálida cual cadáver, tirada en el suelo. Y to dios raja que te raja...

5 comentarios:

Silvia dijo...

Aunque tiene algunas cosas que podrían incitar a la risa, al acabar de leerlo, me he puesto a llorar sin poner remediarlo. ¡Qué triste!

currinche dijo...

Los funerales en el complejo son horrorosos y deprimentes y encima si luego lo incineran, para que te hacen subir hasta allí ?Prefiero hacerlo en familia y luego celebrar una misa en un lugar céntrico y a una hora cómoda ,y todos más serenos .En Madrid los funerales son una semana después más ó menos ,no Silvia ?Por lo menos es lo que veo en las esquelas y nada de ¿"capillas ardientes"? con el escaparate !!

Unknown dijo...

No veo cómo podría ser de otra manera.

El sacerdote que entierra al difunto no lo conoce, hace un funeral cada media hora y seguro que debería haberse jubilado hace años, pero no podrá porque no habrá suficientes vocaciones.

Claro, si tiene que hacer bastantes funerales cada día, no podrá preparar algo apropiado y considerado debidamente para el difunto.

Saludos

Almudena dijo...

Yo estuve hace un par de años en el funeral de un vecino que había sido un mal bicho toda su vida. En el sermón el cura, casi recién llegado al pueblo, no paró de hablar de lo buen marido, vecino, padre que había sido. Llegaron a tal punto las alabanzas que mi padre me dió un codazo y me dijo: "Niña, nos hemos equivocado de entierro".

Besucos desde Mallorca.

Rafael E. Morales dijo...

Yo estuve hace poco en uno que el cura directamente preguntaba en el sermón por la edad, número de hijos .... .
Y eso que cobran un dineral por cada uno de los servios religiosos.
Estupenda descripción de la "última media hora" de presencia corporal, antes de convertirse en ceniza.
Saludos.