Cenaba antes de ayer en una cafetería. En la mesa contigua se sentaron dos parejas jóvenes, en que ninguno de ellos superaría mucho los veinte años. Su comportamiento era resuelto, como quien tiene la vida a sus pies, mientras que su apariencia era deprimente. La mierda -perdón pero no caben eufemismos- que portaba uno de los chicos bajo las uñas me permite aventurar que era gente de baja estofa.
No suelo prestar mucha atención, pero hay ocasiones...
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¿Ya os han dado las llaves del piso?".. Supe que se referían a un barrio de viviendas económicas, situado en "casa cristo", en las afueras de la ciudad donde vivo, y cuyas pisos ha
sorteado el gobierno autonómico. Pensé, con tristeza, en el afán por conocer el mundo y aventurarse a vivir de quien a tan temprana edad tiene por objetivo aferrarse al barrio donde nació, no conocer otras gentes que las suyas e hipotecar su existencia por 74 cochinos metros.
"
Oye, cuanto me puede costar la batería del buga?" -preguntó uno de los muchachos al otro -uñas de Luna nueva-; "
psch.., unos 80 ó 90 €", respondió este. "
Le pediré a mi padre que me suba la paga", concluyó el primero. Lógico, pensé, a su edad suficiente tiene el hombre con el piso..
Al poco, quizá en éxtasis agradecido por la excelsa información compartida, ambos se cogieron de las manos y se dieron un piquito...
Turu, ¡estás flipando en colores!