domingo, febrero 18, 2007

Amen

La monitora del gimnasio se me acerca y me dice en voz baja... "Hay una señora mayor (espero que no sea de la 5ª edad) que me ha preguntado por tí".
¿Poderosa, simpática, rotunda, ....?, respondo.
La monitora, disfrutando, contesta: "Tranquilo, que sólo quiere saber sí eres sacerdote". Reconozco que me quedé, un momento -sólo un instante-, sin saber que decir, lo que aprovechó ella para ampliar la noticia..
"Es que dice que como todos hablan contigo...".
Aquí si; me descolocó. Porque digo yo.. ¿Las personas corrientes no hablamos entre nosotros?; ¿hay que estar lleno de caridad para conversar?.
La duda me corroe...

4 comentarios:

Cobre dijo...

Los sacerdotes están llenos de caridad?? por ser sacerdotes??.
Mira q yo te podría hablar sobre lo contrario... pero para q polemizar!.
Déjate de sacerdotes y de gaitas, q a lo q se arriman a ti es a otra cosa!. Qué listas, cómo aprovechan!.
Como me entere de donde está ese gimnasio... me callo, se me estaba ocurriendo una cosa mu jevi!

Un besazo, Tururú!

Silvia dijo...

Seguro que la buena mujer conoció a un sacerdote que era un señor estupendo. Te vió a tí, otro señor estupendo, majete y buena persona y por analogía creyó que también eras cura.
Y para conversar, lo que hace falta es ser buena gente y tener la cabeza bien amueblada (lo otro no es conversar, es cháchara)
Un beso

Ana María dijo...

Oye y tienes algún horario determinado? Yo es que quiero una cita contigo :)).

Anónimo dijo...

Pues ya sabe, Mosén, a evangelizar infieles, imponer penitencias a las pecadoras y repartir la comunión entre la feligresía. Y guárdeme vino de celebrar, que está muy rico.
Dominus vobiscum, seductor feminarum gimnasticarum.

P.S. Le acabo de dedicar un post con tan fausto motivo.