domingo, febrero 28, 2010

Homo habilis

Uno de los aspectos que me resultan más atractivos en las personas es su impavidez cuando la sorpresa cruza por su vida. Así, recuerdo admirado la reacción de un compañero que me acompañaba cuando se incendió la chimenea del salón; entraron los bomberos, echaron agua, movieron -es un decir- muebles, .. y él continuó cenando sin inmutarse. Percibí que sabía lo que ocurría cuando le dijo a un bombero: "Espero no molestarles".

Hoy he vuelto a encontrarme con uno de esos seres superiores. Su mujer, amiga y contertulia de este modesto servidor de ustedes, ha tenido un lapsus y le ha pedido un vaso de agua. Él, estoico, le ha respondido sin perder el apuesto aire senatorial que mantiene en su sillón: "¿Donde está el grifo?".

1 comentario:

siouxie dijo...

Ja ja ja, qué tremendo el tío!.
Por los pelos casi se parece a mi difunto padre, que aprendió dónde estaba el grifo porque le gustaba irse solo a la casa del campo, y claro, allí tenía que hacer uso del agua!. Él era de los de la consigna:"No hagas nada que otro pueda hacer por tí" :P