jueves, febrero 21, 2008

En clase

Sigamos contando cosas de clase. Esto de ser estudiante tiene su aquel. A veces parece un circo. Os cuento...
Ya os dije en el artículo anterior que la clase era pequeña. Lo que no comenté es que no es en anfiteatro, o sea que los alumnos estamos todos al mismo nivel y aunque la pantalla de proyección es grande siempre hay un cabezón entre la parte baja de la imagen y tú. Para terminar la descripción os diré que hay un pasillo en mitad de nuestros asientos, desde la primera fila hasta la pared del fondo. Y yo, atrás; para vigilar todo...
Hoy estudiábamos la cerámica Mochica. "Vasijas retrato"...; ¡preciosas, si señor!. "Y ahora, amados alumnos -dice el profe- trataremos sobre las llamadas vasijas eróticas...". Y el buen hombre, dueño de la situación, coge el mando del proyector y .... -silencio sepulcral, nucas femeninas tensas, absoluto repantingue masculino- ¡¡tacháaaaaan!!... Proyecta la imagen de un hombre Moche, semiarrodillado y en pelota.
El fulano guapo no era, para que os voy a engañar. Pero estaba "en bolas". Y era cerámica erótica. Algo habría.., ¡vamos digo yo!. Y como su imagen ocupaba toda la pantalla, las partes pudendas quedaban abajo del todo; de la pantalla...
Así que para comprobar lo que había que comprobar, de golpe, los de la izquierda del pasillo se han inclinado a la derecha y los de la derecha a la izquierda... Y de la emoción uno s'asmorrao.
¡Cómo niños, que son como niños!. Pero hay que reconocer que los Moches eran majos. Unos cachondos. Resulta que estas vasijas servían para lo que en España sirven los botijos, para aplacar la sed del caminante. Y en especial la de los amigos que les visitaban...
Así que, con total amabilidad, muy serios y comedidos, preguntaban: ¿Agua fresquita?, ¿si?. ¡Niñoooo, trae el botijito....!

Cultura Mochica - 1 a 800 d.C. - Época Auge.
Museo Larco de Arte Precolombino. Lima

sábado, febrero 16, 2008

Semántica docente

Me siento al fondo de la clase. El aula no es muy grande -solo caben 50 alumnos- y desde allí domino todo lo que ocurre. Además, como lo que intento aprender es Historia del Arte, el Profe proyecta diapositivas o imágenes telemáticas constantemente, por lo que apaga las luces para que se vean lo más nítidas posible.
Bueno, no apaga todas. Deja encendida la del fondo, justo sobre mi asiento, para que haya luz suficiente para poder tomar apuntes... Por cierto, justo a mi izquierda está en una ménsula el proyector de diapositivas.
Y hete aquí que al comienzo de cada clase viene el profe a poner el carro con las diapositivas que va a proyectar. Y no atina el hombre. Arte, cantidad; habilidad manual.. Así que le ayuda el alumno que está sentado bajo el aparato y que, inevitablemente, tiene que levantarse para que se pueda realizar la .. operación. Y el último día la liaron.
(Profesor) "Si es que no me encuentro. Esto de introducirlo por detrás.."
(Alumno; en su papel) "Es que es difícil. Yo siempre por delante"
(P) "Se atasca, se atasca; y es que por detrás, roza"
(A; que etimológicamente viene de a.. lo suyo) "Si por delante desliza mejor".
En ese momento, este su seguro servidor, que se aprovecha de sus canas, no tiene nada que perder y tié mu mala leche, metió baza...
(Turu) "Quizá, echándole salivilla...".
El efecto fue inmediato. El docente, de un solo golpe, introdujo hasta el fondo el artilugio. Y el discente mirome con cara de pavor. Y yo sonreí, con beatitud....

miércoles, febrero 06, 2008

Dulces

Hablábamos hoy del piropo.. Si, aquello que algunos decían a algunas. Palabras que a veces no eran precisamente delicadas, pero que se atemperaban de cuando en cuando -como en la anécdota que contaba hoy Oshi de una conocida-: Hace años, si estaba deprimida, me daba un garbeo por delante de una obra. Una, dos pasadas.. y volvía a casa revitalizada.
Pero la anécdota maravillosa la ha contado Kalia. Un día, cuando era mozuela, iba por la calle junto a su madre y su hermana, que es cuatro años más joven. Un caballero, fino y elegante, haciendo gala de buen gusto, le soltó al paso: ¡Bombón!.
Oyéronlo madre y hermana y esta le preguntó a aquella: ¿Por qué a mí no me dice nada?. Y la madre, sabia, respondió presta: Porque no quería un chupa-chups.