Deduzco que son padre e hijo; sus caras y cuerpos exigen pensar así. Caminan extremadamente despacio, al unísono, cual dos cetáceos varados y con la culera del pantalón a la altura de los tobillos. De la mirada del hijo está ausente cualquier atisbo de inteligencia. El padre, inexpresivo, puede ser tanto un comerciante como un yihadista, que para algo estoy en una de las provincias con mayor actividad de estos grupos y, por lo que les oigo, lo poco que hablan lo dicen en árabe. Me obsesiona la barba cerradísima del padre, orgullo de cualquier Sancho Panza.
Bufet del desayuno en el hotel. Cuando llego, su mesa está atestada de platos sucios. Ambos degluten sin tasa, que comer es otra cosa. Sus bocas trituran con eficiencia. Pero es el padre el que me abduce..; en su plato, una magdalena, de las de toda la vida, con su papelito y todo, y que como todas las pastas y bollos deben comerse con la mano, sin cubiertos (hoy se han impuesto ciertos usos en quienes no pisaron alfombras durante generaciones, confundiendo estilo y finura con hacer el indio).
Pues Sancho Panza, mudo, toma cuchillo y tenedor, y con extremado cuidado se dedica a trocear la magdalena dentro de su envoltorio, llevándose luego a la boca cada pedacito...
Bufet del desayuno en el hotel. Cuando llego, su mesa está atestada de platos sucios. Ambos degluten sin tasa, que comer es otra cosa. Sus bocas trituran con eficiencia. Pero es el padre el que me abduce..; en su plato, una magdalena, de las de toda la vida, con su papelito y todo, y que como todas las pastas y bollos deben comerse con la mano, sin cubiertos (hoy se han impuesto ciertos usos en quienes no pisaron alfombras durante generaciones, confundiendo estilo y finura con hacer el indio).
Pues Sancho Panza, mudo, toma cuchillo y tenedor, y con extremado cuidado se dedica a trocear la magdalena dentro de su envoltorio, llevándose luego a la boca cada pedacito...
3 comentarios:
¡Qué desperdicio! Si lo más rico de la magdalena es lo que está pegado al papel...
Yo he visto, en un tascuzo de los de serrín en el suelo y parroquianos de dominó, comerse unos boquerones fritos con cuchillo y tenedor. Aunque para mí mejor, pues en lo que el Sancho Panza de turno se comía uno, yo me ponía como el kiko.
Cierto Silvia. Con lo ricas que están las sardinas asadas sobre una loncha de pan.. ¿Qué se manchan las manos y huelen?. Para eso ha estado siempre el vino tinto; se hace un cuenco con ambas manos, se echa un chorro y se enjuagan tan ricamente. Hoy el ambiente es tristísimo.. Llegan gentes nuevas y no disfrutan del rito. Porque comer, como otras cosas importantes, exige rito..
Los bufés libres de los hoteles suelen ser demoledores para la dignidad humana ,ves cada animalico ...
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