Me han contado una anécdota de una niña pizpireta. Y como la escuché, os la cuento... Viene a resultar que en una clase de religión para niños pequeños el sacerdote les estaba dando unas pinceladas sobre la Santísima Trinidad. Ya sabéis, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y les comentó aquello de que "el Hijo era el Verbo". Y el buen hombre no tuvo en cuenta que un chiquilín es impredecible...
Cuando se quiso dar cuenta, alzose una manita y una voz angelical expuso en son de triunfo:
Cuando se quiso dar cuenta, alzose una manita y una voz angelical expuso en son de triunfo:
¡Así que el Padre es el sujeto y el Espíritu Santo el predicado!.
2 comentarios:
Me gusta más esta explicación que la que dan ellos :).
somos más listassss....
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