Hoy quiero contarles algo de coches; han sido la gran afición de mi vida... Bueno, y los barcos..; ¡ah!, y también los trenes, los de verdad. Y los hoteles clásicos, con sabor ... Y las mujeres, por supuesto; en "
Y yo que se" pienso escribir sobre sus miradas..
A lo que iba. Supongo que saben que es una carrocería familiar; pero ... ¿y una
Rubia?. Les aseguro que he
buceado en
la red para enlazar alguna página referida al asunto, pero sólo he encontrado chistes sobre
macizas teñidas que no saben cambiar una rueda e imágenes que me han "puesto como una moto". Y eso que las pastillas que tomo cada día impiden que mi líbido descienda más allá de los ojos..
Pues cuando era un tierno infante de mirada torva, una
Rubia era un coche familiar cuyas puertas estaban chapadas en madera; de tono claro, normalmente. ¿Lo captan?. En aquellos años, acompañar a una rubia natural era tan deseable como montar en una
Rubia ...
Y eso me lleva a explicarles que a los coches de lujo, grandes, "niquelaos", de "aquí estoy yo", se les conocía como "Haigas". ¿Qué por qué?.
Pues parece ser que uno de aquellos
señorones iletrados estraperlistas -hoy, especuladores- fue un día a comprarse un coche y al entrar en la tienda le dijo al vendedor -hoy, comercial-: ¡Quiero lo mejor
q'haiga!...
(Pienso que hoy hay tres marcas de "haigas": Los de la estrella de tres punticas, dignos de labradores barrigones; los de los aricos olímpicos, propios de quienes "de paño han llegado a toalla"; y los del circulico
pintao de azul y blanco, que encandilan a quienes les encanta echar "mortadelos a la buchaca". Excepciones, las que quieran; pues, como tales, confirman la regla).
¡Donde esté un 2 CV ....!